Los recuerdos del Rover. ¿Quién no recuerda su primer
campamento? A lo mejor estos últimos días he estado un poco nostálgico viendo fotografías
de los viejos campamentos y recordando las noches que pase reunido con mis
hermanos Scouts. Mi aventura, mi historia Scout inicio cuando tan solo tenía 6
años de edad, ingrese a un grupo al sur de la ciudad de México donde a las tres
semanas de haber ingresado me invitaron a mi primer campamento. ¡Nervios, emoción,
miedo! Era una mezcla de todo y mucho más, en ese entonces el sentimiento era fuertísimo.
Uno de pequeño piensa tanto e imagina mucho más, Ya contaba los días y moría porque
el momento llegara. Recuerdo
claramente una noche antes mientras hacia la maleta, ¡no tenía ni idea de que
llevar y me atrevo a decir que no sabía tampoco a donde iba, yo solo quería irme
ya!. Fue
asi, llegamos a Meztitla, montamos el campamento (bueno realmente lo hicieron
los jefes de sección), entre cuentos y leyendas pase una de las mejores noches
de mi vida, acobijado por mi sleeping, usando la mochila de almohada y
escondido por ¡Las brujas de Meztitla! Fue un trauma y hasta ahora no supero.
El momento mas especial, que cambio mi vida fue la mañana
del domingo, apenas abria los ojos cuando rápidamente gritaron “Manda, manda
manada” apenas Salí del sleeping, debía ser uno de los primeros en llegar, no
recuerdo bien si abrí la casa de campaña o con la cuchara de mi navaja corte la
pared pero ¡Salí disparado!. Tras una eterna caminata llegamos a ese lugar tan
especial en el campo escuela, donde recibí mi promesa, la cual cambio mi mundo.
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